WHAT DOES VIERA VIDENTE MEAN?

What Does viera vidente Mean?

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La etapa del servilismo y la inocencia quedó cerrada para siempre. La conciencia del gramático, que había pretendido sacrificar a la poesía tornándola como un mero artificio racional, se changeó al influjo de imperativas exigencias. Los que consideraban a la poesía como un oficio destinado a distraer o a cantar hazañas, fueron desplazados por hombres que incorporaron la poesía a la vida y descendieron a los infiernos interiores buscando liberarse de la angustia del tiempo. Los románticos alemanes “entraron en el reino propio de las realidades poéticas” y Baudelaire y Rimbaud las impulsaron más allá de la frontera del espíritu.1

Pero ese conocimiento no puede provenir de la ac­tividad cognoscitiva común. Se impone una elevación del alma que reduzca las apariencias múltiples, y eliminando los opuestos conduzca al nivel de coincidentia oppositorum. La conciencia debe modificarse,­ transformarse, situándose más allá de la dualidad en el eje mismo del Ser: en consecuencia no puede comportar grados ni transiciones. Como quería Nicolás de Cusa, quien busque lo infinito debe desligarse de la multiplicidad fenomenal y realizar una comprehensio incomprehensibilis, una inmersión en la misteriosa profundidad de la conciencia del cosmos, para “volverse uno” y tornarse semejante a Dios.

Un substantial número de documentos etnográficos –afirma Eliade–6 han puesto ya fuera de duda la autenticidad de los poderes paranormales y las capacidades de percepción extrasensorial entre los pueblos “primitivos” que por muchos conceptos se asemejan a nuestros antepasados míticos.

El componente “primitivo” ha sido contenido y domeñado por convenciones de relativa solidez, de forma tal que la percepción ordinaria nos muestra solamente un mundo parcializado, un mundo de efectos, cuyas causas invisibles se hallan, como intuían los pueblos arcaicos, en otro “plano” de la realidad.

       Se originan en zonas vecinas al centro del alma; en las fuentes vivas de la vitalidad preconceptual o supraconceptual del espíritu. No es pues de furtherñar que ambas experiencias se entrecrucen y comuniquen recíprocamente en una variedad infinita de modos; que la experiencia poética predisponga naturalmente al poeta tanto a la contemplación como a confundir todos los modos de las otras cosas con ella; y que la experiencia mística put together naturalmente al contemplativo para que éste haga del silencio, del amor, a veces, una expresión poética abundante, a la que se deben algunos de los más admirables poemas.eighteen

Penetrar ese mundo, deliberadamente alterado por un specific dandismo, ha sido una empresa apasionante. Múltiples exegetas han visto un Baudelaire satánico o católico místico o influenciado por el esoterismo.four Sartre ha trazado un deformado retrato del poeta, analizando con implacable crueldad sus debilidades y condicionamientos. Nosotros seguiremos las huellas de la inasible Sehnsucht romántica que se vislumbra en su vida y en su obra y por un momento asomaremos a ese abismo de múltiples tensiones que anhelan secretamente la unidad.

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El poeta crea con febril premura y las raíces de su creación literaria se check it out hunden en el maravilloso universo de las correspondencias invisibles, ese mundo simbólico, atormentado de augurios, donde los astros influyen a las flores y los espíritus de los ritos malditos animan la materia y dirigen la vida múltiple y cambiante de las esferas celestes.

Más allá de la conciencia habitual, a la que Maeterlinck denomina conciencia pasional o conciencia de las relaciones de primer grado, el hombre –mediante psicotécnicas diversas– puede acceder a un reino de sabiduría espiritual. Su psique, autolimitada en términos de dualidad, posee la facultad de liberarse de la tensión de los opuestos y gravitar en torno de un eje de polarización trascendente, para luego remontarse en un itinerario ascensional hacia cierto punto del espíritu (el punto supremo de Breton, el punto fosforoso de Artaud) donde la luz y las tinieblas nacen una de otra y la dualidad se resorbe en la experiencia Una de lo intemporal.

El reino del cielo es el reino de las causas. Estando los efectos terrestres ligados a sus causas celestes hacen que todo sea correspondiente y que tenga un profundo significado. El nombre es el medio de unión entre lo all-natural y lo espiritual.

Cuanto más se eleva y se ensancha el pensamiento humano, menos comprensibles­ aparecen la nada y la muerte. Todo lo que muere cae en la vida; y todo lo que nace tiene la misma edad de lo que muere.

Son siete u ocho que no viven más que para esos instantes de olvido, en los cuales, las luces apagadas, hablan inconscientemente como abogados en plena tierra.

Sin embargo, ni el animismo tyloriano ni la mística levybruhliana ofrecen respuestas definitivas al origen de las creencias. Ambas teorílike a pesar de sus aspectos positivos pecan de culturocentrismo y permanecen de algún modo aprisionadas en los prejuicios racionalistas. “Como buenos positivistas –escribe Mircea Eliade– Tylor y Frazer consideraban la vida mágico-religiosa de la humanidad arcaica como un conjunto de ‘supersticiones’ pueriles: frutos de miedos ancestrales o de la estupidez ‘primitiva’.

Es lógico entonces que comience por negar su personalidad. “Yo es otro”, exclama. “Si el cobre se despierta clarín no es por su culpa. Me es evidente esto: asisto a la eclosión de mi pensamiento: lo miro, lo escucho: doy un golpe en el arco del violín: la sinfonía se mueve en las profundidades o sube de un salto a la escena”.

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